Vega, Máximo de la

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Descripción

Siempre que se escribe de la gran renovación llevada a cabo en Covadonga [santuario asturiano ubicado en el concejo o municipio de Cangas de Onís] a lo largo del último cuarto del siglo XIX, se señala a cuatro personajes como sus grandes impulsores: los obispos Sanz y Forés y Martínez Vigil, y los directores técnicos Roberto Frassinelli Burnitz, el alemán de Corao, y el arquitecto Federico Aparici Soriano. Solamente, y de forma tangencial en obras muy específicas sobre la construcción del actual santuario, se hace referencia a un personaje que va a ser fundamental, por no decir que el alma y principal motor de todo el proceso, el canónigo llanisco Máximo de la Vega. Este entusiasta canónigo ha sido completamente orillado de la historiografía asturiana, su figura no es reseñada por ninguna de las grandes obras enciclopédicas asturianas, y esto pese a los esfuerzos que ya en 1918 hacía su amigo Fermín Canella por rescatarle del inmerecido olvido en el que había sido postrado.

Máximo de la Vega nace el 19 de noviembre de 1841 en el seno de una familia acomodada de Nueva de Llanes, ya que su padre, don Benito, era el escribano de esta localidad. Entra muy joven en el Seminario Metropolitano de Oviedo y es ordenado presbítero en 1866. Ese mismo año, con sólo 25 años, es designado, a propuesta del ministro Posada Herrera, para el cargo de Canónigo de Covadonga. También obtuvo la licenciatura de Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid y amplía estudios en las universidades de Salamanca, Palencia y Oviedo.

Al llegar Máximo de la Vega a Covadonga, comprobó la gran ruina y abandono en el que languidecía el santuario y, no había casi transcurrido un año desde su llegada, cuando en enero de 1868 se produjo el desprendimiento de una gran piedra del monte Auseva que destrozó la iglesia de la Colegiata, el único lugar digno en el que se podían celebrar los oficios litúrgicos. Si bien el cabildo, con su abad a la cabeza, cursó la correspondiente petición de ayuda al Gobierno, éste solamente concedió una pequeña subvención para hacer las reparaciones más perentorias de la techumbre.

Los acontecimientos políticos que sobrevendrán con la «Gloriosa Revolución» dejarán en el más absoluto olvido todos los proyectos de renovación del santuario de Covadonga. Será en aquellos tristes momentos en los que el desconsuelo embarga a todo el cabildo cuando, según Paciente Méndez Mori, sobresale, como escogido por la misma Providencia, el joven canónigo Máximo de la Vega, quien, por su entusiasmo y amor a Covadonga, así como por su carácter enérgico y emprendedor, se convierte en el principal postulante e infatigable adalid de la gran obra de fe que será la reconstrucción material del santuario.

En 1870 ya existía un plan bien definido y preconcebido para llevar a cabo la enorme labor reconstructora, seguramente ideado por don Máximo y otros miembros del cabildo, según recoge un peregrino que lo detalla minuciosamente en el libro de firmas de Covadonga. Este plan, con alguna que otra modificación, será el que se llevará a cabo en la gran obra reconstructiva.

Lo primero que el cabildo quería reparar era la capilla de la santa cueva. Don Máximo, aficionado a la montaña, conocerá en una de sus múltiples excursiones por el macizo del Cornión a otro impenitente caminante, Roberto Frassinelli, hombre de gran cultura y buen dibujante, que además contaba con los conocimientos técnicos necesarios para poder realizar un buen proyecto de las obras de la pretendida capilla de la santa cueva. Rápidamente, como señala la profesora Morales Saro, don Máximo consiguió interesar al alemán de Corao por su proyecto.

Cuando el 29 de junio de 1872 llega por primera vez el obispo Sanz y Forés en visita pastoral a Covadonga, le causará una terrible desolación la ruina material en el que se encuentra el santuario. Será seguramente entonces cuando don Máximo le presentará algunos de los dibujos y bocetos que Frassinelli había hecho, por encargo suyo, para la rehabilitación de la capilla de la santa cueva. Los proyectos de don Máximo y Frassinelli causaron tan grata impresión al prelado que se identificará personal y plenamente con el proyecto.

La terna formada por el obispo de Gandía, el alemán de Corao y el canónigo llanisco se pondrá manos a la obra y comenzarán las obras del que sería el camarín de la santa cueva. El 8 de septiembre de 1874, por fin don Máximo ve terminada e inaugurada la primera parte del grandioso proyecto que ha concebido para Covadonga. Además, ese mismo día, el obispo Sanz y Forés proclamará solemnemente que pronto se colocará la primera piedra de un suntuoso templo digno de María.

El primer problema por resolver es el de la ubicación del citado templo. Según se desprende de las opiniones de Méndez Mori, podría haber sido idea de don Máximo la ubicación de la nueva basílica en el lugar conocido como el Cerro. Es más, según manifestaba Ricardo Duyos, sobrino-nieto de don Máximo, en un artículo el 10 de julio de 1987 en este mismo diario [La Nueva España, de Oviedo], había sido éste, con la ayuda de su familia, quien adquirió los terrenos en los que posteriormente se construiría la basílica.

En estos años de la década de los setenta, don Máximo se dedica en cuerpo y alma a la construcción de la basílica. Así, negocia donaciones, moviliza a los fieles, organiza peregrinaciones, encarga una gama de objetos para la venta y, por supuesto, vincula a destacados políticos a su proyecto. Como todos sabemos, las obras comenzaron el 30 de julio de 1877 con la presencia del Rey y bajo la dirección técnica de Frassinelli. Pero, a pie de obra, como un capataz encomiable siempre se encontraba don Máximo, quien decidía sobre todos los aspectos del trabajo, por eso las gentes del lugar le apodaron con el nombre del «Soberano».

Cuando el obispo Sanz y Forés es trasladado a la diócesis de Valladolid y el nuevo obispo, Herrero y Espinosa de los Monteros, decide retirar de la dirección técnica de las obras a Frassinelli, don Máximo pasa por duros momentos, ya que también quieren relevarlo a él del cargo de canónigo fabriquero. Su viejo amigo Sanz y Forés le ofrece llevárselo a la diócesis vallisoletana, pero don Máximo rechazará el cargo por quedarse para culminar su gran proyecto de Covadonga.

En 1884, un nuevo obispo, Martínez Vigil, confirmará a don Máximo en su puesto de fabriquero, y el 10 de mayo de ese mismo año es nombrado conservador de la Real Colegiata de Covadonga. A partir de ese momento, la dedicación de don Máximo a Covadonga es absoluta. No para de viajar a Madrid en busca de fondos para culminar tan colosal proyecto.

En uno de sus múltiples viajes a la capital en busca de fondos enferma de una fuerte neumonía, a consecuencia de haberse detenido el tren en el que viajaba en el puerto de Pajares. Corría el mes de marzo de 1896 y don Máximo tuvo que abandonar su querida Covadonga para reponerse en su casa natal de Nueva. Pocos meses después, el 7 de septiembre de ese mismo año, fallecía sin ver terminado su proyecto.

Don Máximo no sólo se preocupó por el engrandecimiento de Covadonga, también fue el gran promotor de toda la comarca. Promovió la construcción de la carretera a los Lagos y la de Corao a Nueva, así como promocionó notablemente el turismo de naturaleza en el macizo del Cornión. Su cabaña y su barca en el lago Enol fueron visitadas por importantes personajes en el último cuarto del siglo XIX.

Fuente: Javier Remis Fernández (trabajador del Museo de Covadonga) y Luis Aurelio González Prieto (profesor del Instituto de Enseñanza Secundaria Rey Pelayo de Cangas de Onís), autores del artículo Máximo de la Vega, el olvidado de Covadonga (diario La Nueva España, de Oviedo, 14 de abril de 2006, pág. 86), publicado, en el 110.º aniversario de su fallecimiento, para «rendir merecido homenaje al que fue el alma máter de la renovación material del santuario de Covadonga y uno de los más importantes impulsores del turismo en el Oriente de Asturias».

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Sumario

Clasificación: Reseñas históricas

Clase: Religión

Tipo: Religiosos

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Llanes

Parroquia: Nueva

Entidad: Nueva

Zona: Oriente de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Comarca: Comarca del Oriente de Asturias

Dirección: Nueva

Código postal: 33592

Web del municipio: Llanes

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Llanes

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