Gastronomía


El concejo llanisco ha alcanzado gran renombre en materia culinaria.

No es para menos, pues la oferta, siempre de calidad, es muy amplia y tremendamente tentadora.

La incidencia de La Mar en la cocina es especialmente intensa, empezando por los pescados de roca y mariscos (centollo, bovagante o bugre...), a la sidra —su bebida tradicional— en algunos casos y en muchos establecimientos hosteleros.

Llanes aporta su personalidad a distintas preparaciones, a platos tan genuinos como la lubina a la plancha o al horno, la langosta a la llanisca, el rape al horno, el besugo al horno o con fideos, el bonito en rollo o a la llanisca, el xáragu o sargo al horno, la marmita marinera, la merluza a la llanisca o el congrio con arvejos, sin olvidarse de los renombrados fideos con almejas, las habas (jabas) con almejas y las sardinas a la plancha. Al pote llanisco le dan primoroso gusto y sabor productos de la huerta y de la matanza del cerdo; la bolla, hecha con harina de maíz, sangre y cebolla, es la sustituta del embutido en ese pote.

La carta de carnes la encabezan el lechazo al horno y el cabritu. En Llanes nació el pantruque, masa de harina de maíz y huevo con añadido de cebolla y tocino, acompañante ideal de cocidos y fabadas.

De la tradicional cultura coquinaria rural del maíz surge, también, la borona preñada, elaborada con su harina.

La influencia de la cocina mexicana es evidente en los huevos a la ranchera o tortos de maíz, huevos fritos y salsa de tomate con chile verde.

Tampoco debe dejarse pasar por alto la extraordinaria calidad de sus chorizos y morcillas, embutidos de artesanal elaboración.

En el capítulo de postres no pueden faltar los buñuelos, magdalenas y hojaldres de Llanes, el helado Peña Santa, especialidad local, las castañas pilongas o mayucas, el arroz con leche, la miel y, sobre todo, los maravillosos quesos artesanales de leche de vaca de Vidiago y El Injiestu, de oveja y vaca de Porrúa, Parres, Piedra, Caldueño y Las Xareras, así como el ahumado de Pría, en este caso de fabricación semiartesana, con leche de vaca y manteca de oveja.

Un aparte merecen las famosas verdinas, alubias pequeñas, arriñonadas y de color verdiclaro, que «en el concejo de Llanes tienen su cuna asturiana» (José Antonio Fidalgo), al parecer traídas de Francia por el conde de la Vega del Sella, en concreto de Soissons, y que, aclimatadas a la zona, «completan con gracia, el buen comer llanisco» (J. A. Fidalgo).

Llanes destina cada primer domingo de agosto a la celebración de la Muestra de Quesos del Oriente de Asturias en la villa, y al Certamen de la Huerta del Oriente de Asturias en Posada, el tercer domingo del mismo mes.